A pesar de que el Barcelona no ganó ningún título esa temporada, Touré fue uno de los jugadores más destacados del conjunto azulgrana. Touré se convirtió así en pieza clave del resurgir del equipo logrando 5 goles y ofreciendo mucha velocidad al equipo jugando de centrocampista ofensivo. La temporada siguiente, Pep Guardiola tomó las riendas del equipo. Además, renunció a operarse de una hernia discal para ayudar al equipo jugando infiltrado.