Esta nefasta temporada cerrada con el descenso, llevó consigo la contratación del experimentado técnico yugoslavo Milorad Pavić, que obró el milagro de hacer al equipo campeón de segunda B, y al año siguiente de segunda A, recuperando en dos temporadas consecutivas todo el terreno perdido. UEFA y los ascensos a los disgustos de los descensos, y de ese modo se celebró un encuentro amistoso contra la selección polaca el 6 de mayo de 1982, que después concluiría el mundial en el tercer puesto.